Desde los pueblos pesqueros de Nicaragua hasta los manglares de Guatemala, las botellas de plástico llegan más rápido de lo que cualquiera puede limpiarlas: marcadas con fechas, estampadas con códigos y flotando en mareas que llevan la huella de un mundo desechable.

Una costa que se lee como un libro contable

Caminar por las costas de Centroamérica no es solo encontrar algas o conchas: encontrarás nombres, códigos de barras, fechas. Botellas medio enterradas en arena volcánica, con etiquetas aún legibles. En una playa al sur de Lima se halló una botella de Powerade de 2001. En las dunas de la isla chilena Robinson Crusoe apareció un envase de Coca-Cola de 2002.

Pero esas reliquias desgastadas son excepciones. Según el ecólogo marino Ostin Garcés, la mayoría del plástico que inunda las p

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