La delegación mexicana de rarámuris que competirá esta semana en los Juegos Maestros Indígenas en Ottawa, Canadá, destacará no solo por su desempeño atlético, sino por el profundo valor cultural y espiritual de su participación, explicó Sergio Hernández, jefe de la delegación.

Conformada por seis corredores —tres hombres y tres mujeres— y un equipo de baloncesto integrado por diez mujeres, la comitiva mexicana busca representar sus raíces y costumbres a través de demostraciones culturales. Entre las actividades destacadas están el tradicional juego de la bola, que consiste en impulsar una pelota durante largos trayectos, y la arihueta, una carrera por equipos en la que las mujeres lanzan un aro a lo largo de varios kilómetros.

“El deporte de alto rendimiento es gratificante, pero trabaja

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