Agosto va siguiendo su camino, cansino y perezoso ( feixuc i mandrós , como decían desde el Camp). Siempre ha sido un mes diferente, no solo para los que lo disfrutan de vacaciones, sino también para aquellos que, y disculpen que me pase a la siempre peligrosa primera persona, nos toca trabajarlo. Y más aún en este mundo nuestro de la información diaria.
Aquellos que lo trabajamos, decía, siempre lo hemos visto como un mes ambivalente. Por una parte, visto el vacío habitual de las redacciones, sabes que costará de pasar. Que lo lógico es que no sea tan intenso y que tengas que romperte más la cabeza para encontrar noticias, si las encuentras, aunque la contrapartida es que quizá el trabajo también será más sosegado.
Ahora bien, pensar en estos términos, en términos de supuesto apagón i