Desde Washington, Estados Unidos, Donald Trump ha lanzado una guerra comercial a nivel mundial. Su objetivo es mejorar la competitividad de Estados Unidos, reducir el tráfico de fentanilo que proviene de México y Canadá, y controlar la inmigración indocumentada desde América Latina. En este contexto, Trump ha impuesto altos aranceles a socios históricos como la Unión Europea y Corea del Sur, mientras que las negociaciones con México se han vuelto complejas. Además, ha tomado medidas enérgicas contra Brasil, India y China, que comparten intereses geopolíticos en los BRICS junto a Rusia y Sudáfrica.

La relación entre Javier Milei y Donald Trump es fluida, pero los intereses globales actuales de Estados Unidos limitan las posibles ventajas que Argentina podría obtener en un acuerdo arancelario. La administración republicana no ofrecerá excepciones al gobierno de la Libertad Avanza, lo que podría sentar un precedente para otros países que buscan mejorar sus posiciones arancelarias. No se han hecho excepciones ni para Israel, Japón o Canadá, que tienen acceso directo al Salón Oval de la Casa Blanca.

La negativa de Trump ha congelado la posibilidad de que Argentina obtenga arancel cero para ciertas exportaciones hacia Estados Unidos, quedando con un mínimo del 10 por ciento. Gerardo Werthein y Luis María Kreckler tienen programado llegar a Washington en los próximos días para mantener encuentros reservados en la Secretaría de Comercio y la Oficina del Representante Comercial de Estados Unidos (USTR). Sin embargo, la agenda de estos encuentros aún no está definida, ya que Trump puede cambiar sus prioridades de manera abrupta.

El secretario de Estado, Marco Rubio, había anunciado un viaje a México y Ecuador, pero canceló para acompañar a Trump a Alaska, donde se reunirá con Vladimir Putin. A pesar de esto, si Werthein y Kreckler logran reunirse con la USTR, tienen objetivos comerciales que desean negociar. Estados Unidos exige que Argentina respete las patentes farmacéuticas y agropecuarias de empresas estadounidenses y ha solicitado una hoja de ruta para resolver este asunto.

Howard Lutnick, secretario de Comercio de Estados Unidos, propuso a Werthein establecer un "canal arancelario" que permitiría un flujo constante de exportaciones mutuas con aranceles diferenciados. Aunque esta idea está vigente, ha quedado estancada debido a la dinámica de la negociación impuesta por Trump. Con el escenario actual, Argentina busca revivir este tema en su beneficio.

Estados Unidos exige confidencialidad y es reacio a informar sobre los términos específicos de los acuerdos firmados con otros países. Se sabe poco sobre los aranceles acordados con el Reino Unido, Tailandia y la Unión Europea. El principal objetivo político de Werthein es cerrar un acuerdo de aranceles que sea anunciado por Trump en su red social y posteriormente ratificado por Milei. Para el gobierno argentino, un simple anuncio de Trump sería suficiente, ya que hasta ahora no ha realizado ningún anuncio similar con países de América Latina. Este gesto político podría marcar una diferencia en un contexto internacional lleno de incertidumbre y confrontación.

Argentina ha calculado que, si se establece un arancel del 10 por ciento, podría obtener una ventaja competitiva en sus exportaciones hacia Estados Unidos, especialmente en el contexto del conflicto que Trump ha desatado con Brasil y la India.