El domingo 10 de agosto de 2025, un sismo de magnitud 6.1 estremeció la provincia noroccidental de Balikesir, Turquía , dejando un saldo de al menos una persona fallecida, 29 heridos y daños materiales significativos. El epicentro fue localizado en la ciudad de Sındırgı y el movimiento telúrico se sintió a cientos de kilómetros de distancia, incluyendo la metrópoli de Estambul, con más de 16 millones de habitantes.

Las autoridades turcas activaron protocolos de emergencia y comenzaron evaluaciones para determinar el alcance de los daños. Equipos de rescate trabajaron en la búsqueda de sobrevivientes bajo los escombros de edificios colapsados, mientras la población buscaba información, incluyendo videos en redes sociales y medios, para entender la magnitud del desastre.

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