La transformación demográfica impone una carga económica creciente sobre el sistema sanitario español, obligando a una revisión de su modelo de financiación y de sus prioridades asistenciales para garantizar su sostenibilidad y capacidad de respuesta en las próximas décadas.
En los últimos años, España ha experimentado una de las transformaciones demográficas más profundas y rápidas de su historia. Lo que fue un país con una pirámide de población relativamente joven y un crecimiento vegetativo positivo se ha convertido en una de las sociedades más envejecidas y longevas, con la menor natalidad del mundo. El cambio más drástico y determinante ha sido el colapso de la natalidad y el aumento de la esperanza de vida.
Tras el baby boom de los años de mayor crecimiento económico y social, que