En el complejo universo de las relaciones humanas, existen individuos que, lejos de limitarse a comprender el sentir ajeno, lo absorben hasta hacerlo propio. Son personas que, tras una conversación cargada de angustia, se sienten inexplicablemente tristes, o que perciben la tensión de una sala como un malestar físico . La psicología ha acuñado un término metafórico, pero de gran precisión para describirlas: "personas esponja" . Aunque no se trata de un diagnóstico clínico, esta denominación refleja una realidad que puede llevar a un profundo desgaste.

Paulina Vargas, psicóloga y divulgadora, explica que este fenómeno va un paso más allá de la empatía. "Ser empático implica comprender las emociones del otro sin necesidad de apropiarse de ellas" , aclara. No se trata de empatía, que p

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