Kim Kardashian le gustan las apreturas. Las prendas que cuelgan de su vestidor lo confirman. Y ahora también los productos de su tocador. La mediática empresaria, cuya marca de ropa íntima, Skims, se hizo famosa por sus fajas corporales, ha lanzado al mercado una versión facial que promete una mandíbula más esculpida por 40 euros sin necesidad de pasar por quirófano.
Una pieza que, como en todo lo que está involucrada la más popular de las Kardashian, ha desatado la polémica a la par que las ventas, agotándose las existencias de la faja facial en menos de 24 horas. «Que hablen bien o mal, lo importante es que hablen de mí, aunque confieso que me gusta que hablen mal porque eso significa que las cosas me van muy bien», dijo Salvador Dalí. Un dicho que parece haberse apropiado la 'influence