El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, ha defendido su plan de ocupación militar de la Ciudad de Gaza, a pesar de la creciente condena internacional y las advertencias de la ONU sobre una posible "calamidad". En una conferencia de prensa, Netanyahu afirmó que esta operación es la forma más rápida de poner fin a la guerra, asegurando que "contrariamente a las falsas afirmaciones, esta es la mejor manera de terminar la guerra y la mejor manera de terminarla rápidamente".
El gabinete de seguridad israelí aprobó el plan para capturar la Ciudad de Gaza, con el objetivo de destruir a Hamas y rescatar a los rehenes. Sin embargo, esta decisión ha generado temores sobre el agravamiento de la crisis humanitaria en la región. Miroslav Jenča, subsecretario general de la ONU, advirtió que la implementación de estos planes podría desencadenar otra calamidad en Gaza, con repercusiones en toda la región.
Ramesh Rajasingham, director de la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU, destacó que Gaza ya enfrenta una hambruna severa, con un aumento alarmante de muertes por desnutrición, especialmente entre niños. Desde octubre de 2023, se han reportado 98 muertes de niños por desnutrición aguda severa, lo que ha llevado a la ONU a calificar la situación como "más que horribles".
La comunidad internacional ha expresado su oposición al plan de Netanyahu. Países como el Reino Unido, Rusia, China y Francia han condenado la operación, argumentando que podría resultar en más violaciones del derecho internacional. El Reino Unido declaró que la operación militar no es un camino hacia la resolución, sino hacia un mayor derramamiento de sangre.
Netanyahu, por su parte, ha insistido en que su objetivo no es ocupar Gaza, sino liberarla de Hamas. En su discurso, mencionó que se establecería una administración civil en Gaza que buscaría vivir en paz con Israel, siempre y cuando la población palestina acate las órdenes. Sin embargo, sus declaraciones han sido recibidas con escepticismo, y muchos analistas sugieren que su plan podría estar más relacionado con su supervivencia política que con una estrategia militar bien pensada.
Mientras tanto, las protestas en contra de la ocupación y la crisis humanitaria han aumentado en varias ciudades del mundo, incluyendo Londres y Sídney. En Israel, las familias de los rehenes han convocado una huelga general para exigir un alto al fuego y un acuerdo que garantice la liberación de sus seres queridos. A pesar de la presión internacional y las críticas, Netanyahu continúa defendiendo su plan como el camino más rápido para poner fin a la guerra.