Para conocer realmente a una persona no siempre basta con largas conversaciones sobre su vida. Muchas veces, su forma de actuar puede ser mucho más reveladora que sus palabras . Al fin y al cabo, el discurso lo elegimos conscientemente, pero los gestos y acciones que realizamos de forma rutinaria pueden mostrar rasgos genuinos de nuestra personalidad.

Esto se observa con especial claridad al analizar cómo alguien trata a una tercera persona, sobre todo si esa persona está en una posición de servicio, como un camarero en un restaurante o un limpiador.

Un gesto que pasa desapercibido para la mayoría

En un restaurante o cafetería, es habitual que, al finalizar un plato, alguien en la mesa acerque o apile los platos antes de que llegue el camarero. Esta acción, casi automática y muchas v

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