“Pakistán es uno de los países más expuestos al cambio climático”, decía hace pocos días su primer ministro, Shehbaz Sharif. Este lunes de madrugada ha dado nuevas pruebas de ello, cuando un alud ha sepultado a quince voluntarios que trabajaban en la limpieza de un canal de riego obturado por las inundaciones del mes pasado. Ocho de ellos han resultado muertos por la avalancha de rocas y lodo y otros siete han podido ser rescatados con vida. Tres de ellos permanecen hospitalizados en Guilguit, capital de la región himalaya de Guilguit-Baltistán.
El desprendimiento de tierra y las inundaciones que le precedieron están directamente relacionados con el desbordamiento de lagos glaciares, producto a su vez del derretimiento acelerado de glaciares como el Shipsher. Este fenómeno, que se agrava