Hace ya muchos años, por allá de 1939, el poeta inglés T. S. Eliot, ganador del Premio Nobel de Literatura, escribió: “En un mundo de fugitivos, el que tome la dirección contraria pasará por desertor”.

Enorme frase que incomoda y remueve, porque nos recuerda que vivir con autenticidad a veces significa exponerse, quedar en minoría, ser señalado o incluso desplazado. Más ahora, en nuestra increíble e “incongruente” realidad política.

Hoy se nos invita insistentemente a seguir la corriente: pensar lo que piensan todos, repetir lo que se aplaude, callar lo que incomoda, arrinconar los principios y mantener intocado el statu quo . Pero la historia no se mueve con el aplauso fácil ni con el silencio cómplice, sino con mujeres y hombres que se atrevieron a pensar distinto, a hablar cuando ha

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