Dicen que “un líder nace, no se hace”. Sin embargo, la neurociencia lleva años demostrándonos lo contrario: No somos estáticos, somos maleables. Nuestro cerebro no es una roca tallada, sino una ciudad viva con calles que se construyen, se reparan y se expanden con cada experiencia.
A este fenómeno se le llama neuroplasticidad , y entenderlo puede marcar la diferencia entre ser un profesional promedio o un líder capaz de transformar su entorno.
La neuroplasticidad propiamente es la capacidad que tiene el cerebro para cambiar su estructura y funcionamiento a lo largo de la vida, formando nuevas conexiones entre las neuronas o fortaleciendo/debilitando las existentes, en respuesta al aprendizaje, la experiencia, el entorno o incluso a lesiones.
Es como instalar nuevos “cables” en nuest