En la historia contemporánea de México, pocos temas han sido tan decisivos, simbólicos y estratégicos como la soberanía energética. Desde la expropiación petrolera de 1938, encabezada por el general Lázaro Cárdenas, el petróleo no ha sido solo un recurso natural: ha sido identidad, bandera, Nación. Hoy, bajo el gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum, esa memoria cobra nueva vida.

El anuncio reciente de la presidenta, comprometiéndose a que Pemex será autosuficiente financieramente en 2027, no es una mera decisión administrativa. Es una declaración ideológica. Una afirmación política. Una reconexión con la raíz nacionalista que el cardenismo sembró hace casi un siglo. En sus palabras, en su tono, en sus convicciones, la presidenta ha dado señales inequívocas de que Pemex vuelve a se

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