En la era de la autooptimización y las métricas constantes, incluso el sueño ha dejado de ser un refugio libre de exigencias. Cada vez más personas desarrollan una preocupación excesiva por la calidad de su descanso nocturno, una obsesión que, paradójicamente, les impide dormir bien. Este fenómeno tiene nombre: ortosomnia.

El término fue acuñado en 2017 por investigadores del Rush University Medical Center y la Northwestern University en EE.UU ., quienes identificaron en sus pacientes un tipo de insomnio asociado no a causas fisiológicas o ambientales, sino al deseo compulsivo de lograr un “sueño perfecto”. Estas personas consultaban con frecuencia sus dispositivos de seguimiento del sueño y, ante cualquier desviación de la “norma ideal”, desarrollaban ansiedad y frustración

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