La calle de Pi i Margall de Barcelona, a caballo entre Gràcia y Horta-Guinardó, tiene por fin nuevo pavimento. El adoquinado ha dejado paso a un suelo más clásico, con un toque rústico, pues se distingue más el granito. Es decir, es un asfaltado más claro de lo habitual, un intento de que esta pacificada vía que va de Joanic a la ronda del Guinardó. La obra ha costado un millón de euros y se acometió tras detectar el Ayuntamiento que el suelo planificado no sostenía el peso de los autobuses .
Fue el 11 de junio cuando se anunció que el suelo de esta calle, inaugurada en diciembre de 2023, tenía que cambiarse debido, en resumen, a un error de cálculo. Lo cierto es que las versiones son totalmente contradictorias. El actual gobierno, liderado por Jaume Collboni, asegura que el actual Ayun