Las llamas siguen sin dar tregua a Galicia, que atraviesa uno de los veranos más complicados en cuanto a incendios forestales. Solo hasta ayer el fuego había calcinado ya más de 4.400 hectáreas, una superficie que ya supera todo lo ardido durante el año pasado, cuando las cifras de terreno quemado se situaron en 2.644 hectáreas, una de las más bajas de la última década.

Y prácticamente la mitad de toda la superficie quemada en Galicia la acumula el incendio más devastador registrado este verano: en Chandrexa de Queixa ardieron ya 3.000 hectáreas y ayer las llamas continuaban fuera de control.

El fuego está asolando todo el territorio avivado por las altas temperaturas y el viento nordés, pero en los últimos días se está cebando con Ourense, donde ayer se luchaba contra las llamas en Ve

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