En los dos meses largos que Miguel Uribe luchó por su vida, la derecha pasó por varios escenarios, menos por el de la claridad. El uribismo entró primero en una especie de shock por su atentado y cuando trataba de reactivar la campaña vino la condena por manipulación a testigos contra el expresidente Álvaro Uribe . Ambos golpes, aunque pegaron primero en el uribismo, se expandieron como réplicas de un terremoto en la campaña de la derecha, un sector con figuras diversas, alejadas de los partidos tradicionales. La contienda entró en el congelador y luego vino una lluvia de pedidos al presidente Gustavo Petro para desescalar el tono.

Pero ese llamado duró poco y el fallo contra el expresidente Uribe terminó en que quienes reclamaban calma olvidaron muy rápido sus ruegos. Abelardo de la

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