Las son ese momento del año en el que, por fin, se pulsa el botón de apagado del ordenador, se cierra y se ponen en pausa, por un tiempo, las responsabilidades que nos acompañan el resto del año. Y, de repente, perdemos la noción de qué día es, dejamos de mirar el reloj y disfrutamos del sol en la playa, de bañarnos en la piscina con amigos, de leer un buen libro en casa o, simplemente, de no hacer nada. No obstante, como todo lo bueno, este descanso dura menos de lo que nos gustaría e incluso puede interrumpirse antes de tiempo al recibir noticias desagradables por parte de nuestra empresa.
A algunos trabajadores durante sus merecidas vacaciones en la playa les ha llegado a las manos una carta de despido, pero ¿es esto legal? "Sí, y puede costarte caro no enterarte a tiempo" , tal y co