En el corazón de cada e mpresa familiar late una historia. No una cualquiera, sino una de esfuerzo, decisiones difíciles y valores que se transmiten —a veces con palabras, otras con silencios— de generación en generación.
A diferencia de las grandes corporaciones, donde los balances y rankings definen el éxito, e n las empresas familiares el verdadero triunfo incluye algo más: que la familia siga unida, que el legado se sostenga y que las nuevas generaciones quieran involucrarse.
Por eso, celebrar no es un lujo. Es una forma estratégica —y profundamente humana— de reafirmar la identidad , agradecer lo vivido y proyectarse hacia el futuro.
¿Qué se celebra en una empresa familiar?
No se celebran solo cifras. Se celebran trayectorias, decisiones valientes, resiliencia y pertenenc