En cuestión de segundos, al darse cuenta de que su casa en Texas se estaba llenando de agua en la madrugada del 4 de julio, Rosalinda comenzó a despertar a sus hijos, nietos y a su madre, gritándoles: “¡Vámonos!”.

Pero en medio del caos —y tras semanas de escuchar rumores sobre redadas del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas en todo Texas— su familia no se dio cuenta de inmediato de que estaban escapando de inundaciones que ponían en peligro sus vidas.

“Al principio, los niños pensaron que estábamos huyendo de inmigración”, contó a CNN la madre indocumentada, quien ha vivido en Estados Unidos durante 12 años. “No lo pensamos dos veces. Lo bueno es que los niños son muy obedientes”.

La familia, compuesta por 12 personas —cuatro generaciones que vivían en tres casas móviles vecin

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