En la oficina en la que trabaja Esther Gómez no hay ningún rótulo con su nombre ni con el de su empresa. "Es habitual en el sector, se hace por temas de confidencialidad", explica. Esther quería ser detective privada desde pequeña y acabó estudiando la carrera de Investigación privada. Más adelante añadió al currículum dos especialidades que han acabado ocupando buena parte de su trabajo: la pericia caligráfica y lo que técnicamente se llama valoración de la credibilidad, "aunque todo el mundo lo dice detección de la mentira ".
“Todo el mundo me pregunta qué gesto delata un mentiroso”

138