El Gobierno achicó el diferencial de retenciones entre el poroto de soja y el aceite y la harina, lo cual reduce incentivos para la generación de valor agregado.

La disputa por las retenciones a la soja no es sólo una pelea tributaria: es una discusión sobre el modelo productivo. Cambiar las alícuotas modifica incentivos económicos que determinan si la oleaginosa se exporta como poroto o se procesa en el país para vender harina y aceite, que son actividades con mayor valor agregado que generan empleo local. Al rebajar las alícuotas de manera permanente, el gobierno de Javier Milei modificó el diferencial entre el valor pagado por el poroto vis a vis los derivados, de 2 a 1,5 puntos. Esto acelera la primarización de la economía porque pasa a ser más rentable exportar el poroto sin industr

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