Un inusual y preocupante hallazgo en el Aeropuerto Internacional de Miami encendió las alarmas de seguridad aérea y volvió a poner sobre la mesa el ingenio —y el riesgo— de las técnicas de contrabando.

Agentes de la Administración de Seguridad en el Transporte (TSA) interceptaron a un pasajero cubano que intentaba transportar 64 balas de punta hueca ocultas dentro de un envase de Nesquik sabor fresa, cuando se disponía a abordar un vuelo chárter con destino a Cuba.

El hallazgo: del peso sospechoso a la intervención de explosivos

El incidente se produjo durante la inspección rutinaria del equipaje facturado. Un envase aparentemente común de polvo para preparar bebidas despertó sospechas por su peso inusualmente elevado. Al pasar por el escáner de rayos X, el personal de seguridad detectó

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