En la tercera de la feria de La Albahaca de Huesca todo el mundo hablaba de ese torero imberbe, menudito, casi un infantico, que por la mañana había protagonizado en mismo ruedo un encuentro con un muy numeroso grupo de niños y adolescentes. La prolija exhibición práctica embelesó a la concurrencia de tal modo que seguro que alguno de sus clientes lo fueron también por la tarde .

El mismo desparpajo de la matinal se replicó horas después pero ya vestido de ceremonia, cubierto en oro el punto y la seda grana. Está claro que a pesar de sus 17 años está capacitado para flotar en este jaleo sin demasiado esfuerzo; es novedad para los públicos pero todavía no arrastra partidarios ni ha tenido tiempo para sumar detractores…

En su primer turno brindó a Joselito Adame, del que se afirma

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