Cuando pensamos en el Sahara, a menudo pensamos erróneamente en una vasta extensión de arena y roca. Sin embargo, dentro de este desierto se encuentran ecosistemas sorprendentes, conocidos por las poblaciones nómadas locales.

Entre ellos se encuentran oasis y auténticos bosques ocultos en cañones, auténticos refugios de biodiversidad que desafían las condiciones extremas del desierto. Estos lugares, a menudo alimentados por antiguos sistemas hídricos y microclimas únicos, albergan flora y fauna adaptadas para sobrevivir en un entorno aparentemente inhóspito.

El legado geológico del Sahara

El Sahara no siempre fue un desierto. Hace unos 10.000 años, durante el período húmedo postglacial, la región estaba surcada por ríos, lagos y frondosos bosques, como lo demuestran las pinturas rupe

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