Tras el magnicidio de Miguel Uribe, Sergio Jaramillo y Humberto de la Calle consideran “imperativo” que el Gobierno de Gustavo Petro se tome en serio la responsabilidad de proteger a sus opositores

Romper de una vez por todas el vínculo entre política y armas en Colombia era uno de los principales propósitos del proceso de paz con la extinta guerrilla de las FARC, hoy desarmada y convertida en un partido político con representación en el Congreso. Por eso, el magnicidio del senador y candidato presidencial Miguel Uribe Turbay, fallecido la madrugada de este lunes en el hospital de Bogotá donde era atendido después de sufrir un brutal atentado hace dos meses en un acto de campaña, “es también un durísimo golpe” a los históricos acuerdos sellados a finales de 2016, han advertido este mart

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