El incendio en la Mezquita de Córdoba, que podía haber sido de consecuencias devastadoras, es un toque de atención en toda regla sobre los riesgos de nuestro patrimonio. No hace falta ser un experto para pensar que el uso de almacén de sustancias y máquinas de limpieza en una de las capillas era completamente inadecuado. Y si eso ha ocurrido en uno de los máximos edificios histórico arquitectónicos de Andalucía, testimonio único de nuestras raíces y cultura, qué puede estar ocurriendo en aquellos edificios y monumentos que no tienen ese grado de singularidad.

Imagino que la alarma de los responsables de su custodia habrá sido importante, como para comprobar de inmediato en qué situación real, práctica y administrativa estaba toda la protección antiincendios en la Mezquita Catedral. Y lo m

See Full Page