Cada que se hace mención de tejer, bordar o coser a mano, seguramente te imaginas a una abuelita en una mecedora mientras realiza tales manualidades. Sin embargo, parece que este pasatiempo comienza a tener una segunda edad dorada entre los jóvenes. Al alejarse de las pantallas y desconectarse de lo digital, las nuevas generaciones comienzan a recuperar el legado de lo artesanal .

Paradójicamente, esto se ha propagado a través de redes sociales como Pinterest o TikTok . A través de ideas o tutoriales, creadoras de contenido comparten tanto técnicas como resultados de sus manualidades. Así, usuarias de Instagram como mindfulmantra_embroidery , Yolanda Andrés , Sarah K. Benning se han vuelto tan populares que cada una ha acumulado miles de seguidores.

El auge se puede respaldar con números. La compañía de productos hechos a manos Etsy registró 90 millones de compradores en 2024. De hecho, la pandemia fue un gran impulso. Según recuperan en The Boar , durante 2020 hubo un aumento del 140% de personas que agarraron gusto por el crochet. Por su parte, en Technavio estiman que este mercado aumentará hasta los 10,690 millones de dólares entre 2024 y 2028 .

Pero ¿por qué se da este resurgir? Como mencionamos al principio: la desconexión de lo digital . Desde The Wall Street Journal arrojan que los veinteañeros han optado por la tendencia granny core en búsqueda de autenticidad, así como una representación de lo genuino y exclusivo en cada diseño. Además, claro está, les permite a los jóvenes experimentar, aprender y mejorar habilidades al tiempo en que refuerzan su autoestima.

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Por esta razón, en medio de un panorama donde las juventudes se encuentran saturadas de pantallas, las manualidades comienzan a perfilarse como esa vía de escape al estrés e incluso al propio daño sobre la falta de atención que las mismas redes sociales provocan. Así, Mental Health Center de San Diego ha hecho hincapié en que ofrece una forma de entretenimiento analógico, el cual es de vital importancia cultivar .

Sumado a ello, existe un factor por el cual esta actividad ha comenzado a ganar popularidad entre la juventud: los beneficios a la salud . Según un artículo de la revista Journal of Occupational Science , coser y tejer ofrecen ventajas en la salud mental para relajarse, mejorar la concentración, la creatividad y la psicomotricidad. Lo anterior dada la activación de neurotransmisores al mantener un movimiento coordinado y constante.

Así, entre los múltiples beneficios que ofrecen realizar manualidades también persiste un elemento clave de fondo: la transmisión generacional . Es decir, conforme la era digital guía a los jóvenes a ciertas conductas, esto ayuda para que puedan compartir tiempo y experiencias con sus familiares mayores. No solo puede fortalecer recuerdos, sino unir el pasado y el presente .

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Finalmente, parece que la generación Z da un paso adelante al afrontar la industria de la moda que día con día se sujeta a los nuevos cambios. El resurgimiento del bordado amplía el espectro del slow fashion , movimiento enfocado en promover un consumo de ropa más ético y consciente. Ya veremos cuántos más se suman a dejar un momento revisar sus redes a cada instante para promover la tradición costurera.