Mientras la Península arde de punta a punta en uno de los peores veranos que se recuerdan, Baleares se ha convertido en uno de los pocos refugios que escapan al fuego este verano. En lo que va de año se han registrado en las Islas 45 siniestros (20 en Mallorca, 17 en Ibiza y 8 en Menorca) que han quemado una superficie total de 24,90 hectáreas de la que solo 2,99 hectáreas corresponde a superficie arbolada.
Los datos están muy por debajo de la media histórica de los últimos 20 años, solo por detrás del año 2022, el mejor hasta la fecha, con 17 hectáreas de superficie calcinada. «Aquél año, como este, fue horrible para la Península con unas 270.000 hectáreas quemadas, cuando la media de siniestros es de 95.000 hectáreas anuales en la España peninsular», recuerda Joan Santana , jefe