Un grupo de jóvenes empresarios confronta a sus empleados, superhéroes enmascarados se enfrentan a enemigos humanos y paranormales, o un carpintero de barrio se sobrepone a toda clase de desventuras. Estos personajes tienen algo en común: son mexicanos y el público se identificó con ellos.

Hacer una saga cinematográfica en este milenio ha sido inusual y muy pocos cineastas y productores mexicanos han logrado “la fórmula” : Encontrar personajes con los que la gente identifique, conferirles un perfil que les permita crecer y, por último, encontrar a los actores idóneos por los que los inversionistas quieran apostar su dinero.

Lo que se conoce como saga cinematográfica (más de dos filmes), es cuando la historia muestra a un personaje fijo en continuidad, a diferencia de una

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