El despliegue de grandes parques fotovoltaicos no afecta solo a terrenos áridos y sin valor agrícola, sino que también están expropiándose a sus legítimos dueños grandes extensiones de olivares tradicionales que son literalmente arrancados para que las multinacionales del sector los sustituyan por miles de placas solares. Se trata de un problema que ha puesto en pie de guerra a numerosas localidades de Andalucía y otras comunidades autónomas, donde los dueños de estas plantaciones observan impotentes cómo las leyes actuales favorecen a estas multinacionales , que directamente se quedan con sus terrenos gracias a la ayuda de la Administración.

Ahora, colectivos de afectados han impulsado una iniciativa pionera para plantar cara en el terreno judicial a lo que consideran “un abuso

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