En el mundo criminal, la mentira es casi un arma de uso diario, pero hay quienes la usan con tal descaro que termina pareciendo burla. Es el caso de Alejandro Gilmare Mendoza, alias “El Choko”, que en su última aparición pública intentó vender la idea de que es un mediador, un hombre que acude a “calmar” situaciones de violencia. La realidad es muy distinta: él fue quien encendió la mecha.
Su fallida reunión con integrantes de “Los 300” en San Miguel Xalostoc terminó a balazos. Entre el caos, abandonó no solo la camioneta negra blindada que presume en redes, sino también su vehículo escolta. Los dos quedaron perforados de disparos y asegurados por la Fiscalía Regional de Ecatepec.
Pero la historia oficial de El Choko no reconoce esa huida. En su versión, él mismo llevó la camioneta balea