Si los Dolphins quieren tener un chance de hacer algo en esta temporada 2025, todas sus opciones pasan por contentar al wide receiver Tyreek Hill, pero los ecos del vestuario dicen lo contrario y no es una buena señal.
Sin Hill, Miami se convierte en un equipo tan mediocre que ni siquiera alcanzaría los playoffs y eso le costaría el puesto al entrenador Mike McDaniel y al gerente general Chris Grier.
El dueño de la franquicia Stephen Ross no aguantaría un año más de fracaso y sin mirarlo dos veces prescindiría de sus servicios.
Por lo que debe darle igual si Hill tiene la lengua larga, llega tarde o no va. Las estrellas hay que saberlas manejar y si no pueden comerse el orgullo deben abandonar el barco.
Ya basta de temporadas fracasadas y de culpar a los jugadores, manteniendo al coord