Hay personas que se merecen bonitos y reconocidos homenajes. Héroes anónimos que ayudan a los demás sin esperar nada a cambio y que logran salvar sus vidas, en el sentido literal de la palabra.

Esta es la historia de Jorge Caballero, un Policía Municipal de Valladolid, y Pedro Casado, soldado del ejército español. Ambos demostraron que con su valentía y temple podían salvar la vida de una persona en una situación crítica.

Fue el pasado domingo de resurrección cuando el vecino de la localidad vallisoletana Mario Franco sufrió un infarto en un establecimiento hostelero. Allí, estos dos vecinos, gracias a una rápida intervención, le realizaron una maniobra de reanimación cardiopulmonar que fue clave hasta la llegada de los servicios de emergencia.

Como agradecimiento, desde el Ayuntamiento

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