“La mayoría de los soldados no quieren ir a terapia”, asegura Tatyana (nombre ficticio), una psicóloga voluntaria del proyecto Hogar Familiar, financiado por el Estado ruso.
A menudo le dicen que no podría entender por lo que ellos han pasado porque no estuvo en el frente, o temen que no sea capaz de soportar sus relatos de la guerra, le explica al Servicio Ruso de la BBC.
Agrega que, en lugar de someterse a terapia, prefieren salir a beber con amigos.
Se estima que miles de soldados rusos están regresando del frente en Ucrania con problemas de salud mental, como el trastorno de estrés postraumático (TEPT).
Pero los profesionales de esta rama señalan que, en los tres años y medio transcurridos desde que el Kremlin lanzó su invasión a gran escala, las autoridades no han logrado establec