La jornada que marcó un antes y un después en la vida de Julieta Prandi y en su larga pelea judicial contra su exmarido, Claudio Contardi, culminó con una escena cargada de simbolismo. Minutos después de escuchar la condena a 19 años de prisión por delitos vinculados a violencia de género y abuso, el hombre fue retirado del lugar por efectivos de la Delegación Departamental de Investigaciones (DDI), escoltado hacia un futuro tras las rejas.

El operativo se realizó sin estridencias, pero con un fuerte peso emocional. Contardi fue conducido hasta un automóvil particular, de apariencia común, que aguardaba en la puerta del edificio judicial. Lo sentaron en el asiento trasero, con custodia policial, y llevaba la cabeza cubierta por una capucha que le tapaba el rostro. Desde allí fue trasla

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