El Cártel de Sinaloa, cuyo cabecilla era “El Chapo” Guzmán, utilizó un hacker para vigilar la Embajada de los Estados Unidos en la Ciudad de México y obtener información de los teléfonos móviles de personas que pudieran ser de interés para la banda criminal. El hacker consiguió el número de teléfono móvil del Agregado Legal Adjunto (ALAT) del FBI y usó ese número para recuperar los datos de geolocalización asociados con su dispositivo . Además, el número le permitió al atacante recuperar los registros de llamadas del teléfono del ALAT.

Más tarde, intervino la red de videovigilancia de la Ciudad de México para rastrear los movimientos del ALAT en la capital e identificar a las personas con las que se reunían. Usando UTS de sus sistemas de teléfono y cámara, el cártel pudo monitorear los

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