A unas pocas horas de la reunión que celebrarán este viernes en Alaska Donald Trump y Vladímir Putin , la situación es la siguiente: el presidente de Estados Unidos advierte a su homólogo ruso de que habrá consecuencias muy graves si no acepta detener la guerra . Aunque también ha señalado que la cumbre era solo una reunión de evaluación . Putin, siempre más frío y discreto en sus declaraciones, guarda silencio y se conforma con viajar al estado 49 y recalar en la base conjunta Elmendorf-Richardson, en Anchorage. El resto de actores —excepto Volodímir Zelenski , que como presidente ucraniano algo sí que pinta—, empezando por los políticos europeos, juegan un papel de teloneros y han participado en las citas previas, empezando por la convocada este miércoles por el canciller ale

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