Establezcamos ya “hacer un Bernarda Alba” como el acto de encerrarse en casa durante las olas de calor con las persianas bajadas, salmorejo en la nevera, abanicos y ropa limpia. Que pase a formar parte de nuestro lenguaje después de que @Sara_Morante lo pusiera en práctica una vez comprobado que hoy en día las tardes de verano han desaparecido, porque el calor sofocante no permite que nadie las viva.
Este enclaustramiento, sin embargo, no implicaría aislamiento. Las redes imposibilitarían que nos mantuviésemos puros como lo desearía Bernarda Alba de sus hijas. Y por lo tanto, conectados como estaríamos, no impedirían que siguiéramos comprobando que fuera de casa abunda el bochorno de la alienación, el cretinismo y la esquizofrenia.
Quienes favorecen que proliferen son aquellos que se m