


MOGADISCIO, Somalia (AP) — Los camellos han sido durante mucho tiempo la columna vertebral de la cultura de pastoreo de Somalia, alimentando a las familias, transportando mercancías y ocupando un lugar destacado en el folclore local. Pero en las polvorientas afueras de la capital, ahora el camello se encuentra en el centro de una revolución agrícola que podría redefinir este sector en el país.
Una mañana ventosa de miércoles a mediados de junio, The Associated Press visitó la Granja de Camellos Beder, una de una nueva generación de lecherías de camellos que están surgiendo en los alrededores de Mogadiscio.
Docenas de camellos deambulaban por los corrales arenosos mientras otros mordisqueaban forraje fresco bajo la atenta mirada de los pastores. En un cobertizo cercano, los trabajadores ordeñaban cuidadosamente a los animales y recogían la espumosa producción en recipientes esterilizados.
La demanda de leche de camello está creciendo, impulsada por una ola de emprendedores locales que ven un potencial sin explotar en un recurso tradicional.
Somalia es hogar de más de 7 millones de camellos, más que cualquier otro país en el mundo, pero sólo una fracción de esa leche ha llegado alguna vez a los estantes de las tiendas urbanas, según cálculos de la industria.
En el corazón del cambio hacia un enfoque moderno de la producción de leche de camello se encuentra el doctor Abdirisak Mire Hashi, veterinario y gerente de la granja. Para Hashi, no se trata sólo de ganancias, sino de preservar el patrimonio mientras se adopta el progreso.
"Los somalíes se enorgullecen de su herencia de criar camellos. Sin embargo, la forma en que se crían los camellos ha cambiado significativamente con el tiempo", le dijo Hashi a la AP mientras inspeccionaba un rebaño de ordeña.
Cada camello en Beder produce ahora hasta 10 litros (2,6 galones) de leche diariamente, el doble de lo que los pastores tradicionales suelen obtener. El aumento se atribuye a nuevas inversiones en atención veterinaria, mejor alimentación y prácticas modernas de ordeña. Los camellos son revisados rutinariamente por veterinarios, reciben suplementos nutricionales y pastan en forraje mezclado científicamente, en forma muy distinta a los rebaños nómadas errantes de décadas pasadas.
"Fuimos de los primeros en establecer este tipo de granja allá por 2006, cuando muy pocas personas siquiera conocían la producción comercial de leche de camello", comentó Jama Omar, director general de la Granja de Camellos Beder. "Desde entonces otras granjas han entrado al mercado, pero actualmente tenemos aproximadamente el 40% de la participación de mercado".
"Empleamos a casi 200 trabajadores a tiempo completo", añadió. "Además, traemos trabajadores temporales durante períodos clave, tales como la siembra y la cosecha".
El mayor avance de la granja podría ser su fábrica de yogur, la primera en Somalia dedicada a procesar leche de camello para hacer yogur.
Dentro de la fábrica, trabajadores con batas blancas supervisan tanques de acero inoxidable mientras la leche fresca se cultiva y empaqueta. El producto final se vende bajo la marca Beder, que ahora se comercializa en supermercados urbanos de Mogadiscio.
Nelson Njoki Githu, un ingeniero alimentario nacido en Kenia que supervisa la línea de producción, dice que el yogur de leche de camello no es sólo una novedad, sino que llena un importante vacío nutricional para los consumidores locales.
"El beneficio número uno en comparación con la leche de vaca es que la leche de camello tiene niveles más bajos de lactosa", explicó Githu. "Las personas con intolerancia a la lactosa pueden consumir esta leche sin ningún problema. Además, los niveles de vitaminas son más altos, especialmente la vitamina C, el hierro y el zinc, en comparación con la leche de vaca".
Para el doctor Yahye Sholle, un nutriólogo, el yogur de leche de camello es un impulso para la salud pública en un país donde la desnutrición sigue siendo un desafío.
"Es rico en magnesio y calcio, que apoyan la salud ósea. Además, contiene vitaminas B12, C y D. También incluye bacterias beneficiosas conocidas como probióticos, que son benéficas para la salud intestinal", señaló.
Tales beneficios han ayudado al yogur de Beder a destacarse en el cada vez más competitivo mercado de lácteos de Mogadiscio.
Hashi indicó que el paso siguiente es hacer crecer el negocio. Espera expandir la red de puntos de recolección de productos Beder más allá de Mogadiscio, y planea capacitar a los pastores en áreas remotas sobre prácticas modernas de ordeña e higiene, de forma que se pueda procesar y vender más leche de manera segura.
"Si podemos modernizar cómo criamos camellos y manejamos la leche, podemos crear empleos, mejorar la nutrición y generar orgullo en nuestros propios productos locales", expresó Hashi.
El gobierno somalí está alentando más inversión en la industria.
"Los beneficios de la leche de camello son innumerables", expresó el doctor Kasim Abdi Moalim, director de Salud Animal del Ministerio de Ganadería de Somalia. "En países como los Emiratos Árabes Unidos, la leche de camello también se utiliza para cosméticos. Somalia debe ponerse al día y desarrollar toda la cadena de valor".
Indicó que el apoyo gubernamental está creciendo, con el establecimiento de una Ley de Productos Lácteos y una estrategia para el desarrollo del sector ganadero. "También está desarrollándose un plan maestro de inversión", añadió.
De vuelta en el corral, una fila de camellos se extiende en dirección de la dorada luz de la tarde. Sus pasos firmes y pacientes son un recordatorio de que el progreso en Somalia a menudo avanza al ritmo de la tradición: lento pero imparable.
Desde las antiguas caravanas que cruzaban desiertos hasta los estantes de supermercados llenos de yogur, el viaje del camello somalí continúa, una taza a la vez.
___
The Associated Press recibe apoyo financiero de la Fundación Gates para la cobertura integral de salud y desarrollo en África. La AP es la única responsable de todo el contenido. Encuentre los estándares de AP para trabajar con filantropías, una lista de patrocinadores y áreas de cobertura financiadas en AP.org.
___
Esta historia fue traducida del inglés por un editor de AP con la ayuda de una herramienta de inteligencia artificial generativa.