Si hay algo que se aprende en el camino del emprendimiento es que el talento, las ideas y la perseverancia no siempre son suficientes. A veces, el verdadero reto no está en desarrollar un buen producto o en conquistar clientes, sino en sobrevivir al laberinto de trámites, permisos y papeleo asociados.

Y lo digo con dolor, porque sé que no es por falta de diagnósticos ni de soluciones: las tenemos hace años, probadas y listas para implementar. Pero seguimos atrapados en la burocracia, mientras las micro, pequeñas y medianas empresas se desgastan tratando de hacer las cosas bien.

Las cifras hablan solas: el 98,5% de las empresas de Chile son micro, pequeñas o medianas (Mipymes) y dan empleo a más de la mitad del sector privado formal. Sin embargo, su participación en las ventas nacionales

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