La provincia de Buenos Aires no es solo una provincia, es, -entre muchas cosas-, un imaginario colectivo de lugares muy diversos.
Lo curioso de esta notable diversidad es la hermandad vinculante de la Ley: todos los distritos a pesar de su distancia se ordenan bajo el mismo centralismo: un régimen que uniforma realidades muy diversas.
Tan grande es quizá, que en las últimas décadas su destino estuvo cercado por la simultaneidad con el calendario nacional, disolviendo la agenda local en el contexto de la disputa nacional.
En este contexto, la provincia se prepara para celebrar una jornada histórica: por primera vez en décadas llevará adelante elecciones provinciales desdobladas totalmente de las elecciones nacionales. Un fenómeno sin antecedentes en la democracia contemporánea. Un