El silencio es abrumador en el campo de rugby del club San Ignacio . Solo lo rompe la voz metálica del desfibrilador automático que ordena: "Continúe con la RCP" , y Ezequiel Echeveste , pilar del equipo local, no pierde el ritmo de las compresiones torácicas sobre el pecho de un jugador rival. Lucas Cedarry , de 23 años, recibió un golpe tras ser tackleado en carrera, comenzó a convulsionar y enseguida perdió el aliento: su respiración se apagó .
El médico corrió al centro de la cancha ni bien observó que el muchacho se ponía rígido y se sacudía violentamente sobre el pasto. El tono de su piel cambió, "se puso violeta enseguida" y apenas se constató que no respiraba, Echeveste (36), que no vio la jugada del golpe porque "salía de un scrum", entró en acción.
Foto Diego Izquie