España enfrenta una crisis sin precedentes debido a una ola de incendios forestales en 2025. Hasta agosto, se han registrado 201 incendios que han consumido más de 105 mil hectáreas, superando las cifras del año anterior. Este año ya ha quemado más del doble de lo que se registró en 2024, cuando se quemaron 42 mil hectáreas. El año más devastador hasta ahora fue 2022, con casi 500 incendios y más de 300 mil hectáreas arrasadas.
Luis Rincón, inspector de bomberos de la Comunidad de Madrid, explicó que los incendios son más intensos debido a un aumento en la superficie forestal y al cambio climático. "Antes teníamos pastizales y tierras de ganado aradas. Todo esto ahora es terreno forestal", afirmó Rincón. Además, destacó que las olas de calor prolongadas y la temporada de riesgo de incendios se han extendido más allá del verano, complicando la labor de los bomberos. "Cuando llegamos a un incendio, hemos fracasado mucho antes", lamentó.
El incendio en Molezuelas de la Carballeda, en Zamora, se perfila como el más grande de la historia de España, afectando a 36.576 hectáreas. Este incendio ha resultado en la muerte de tres personas, incluyendo a dos voluntarios que luchaban contra las llamas. A pesar de que las condiciones meteorológicas han mejorado, se prevén vientos de hasta 40 kilómetros por hora que podrían complicar aún más la extinción.
Cerca de 9,000 personas han sido evacuadas en Castilla y León, donde los incendios han causado estragos. En Galicia, varios incendios han interrumpido el tráfico ferroviario, aunque ya se ha restablecido. En Extremadura, el incendio de Jarilla mantiene el nivel 2 de alerta, y en Asturias y la Comunidad Valenciana, la situación sigue siendo crítica.
El Ministerio del Interior ha confirmado que hay once incendios activos en nivel 2 en diez comunidades autónomas. La Unidad Militar de Emergencias (UME) está desplegando más de 1,100 efectivos en la primera línea y otros 2,500 en apoyo logístico. Los equipos de emergencia trabajan incansablemente, apoyados por medios aéreos.
La magnitud de la crisis es evidente incluso desde el espacio, con imágenes satelitales que muestran 14 focos activos en la península. La combinación de calor extremo, viento cambiante y sequía ha creado un entorno propicio para incendios devastadores. Expertos en emergencias han señalado la falta de prevención como un factor clave en esta crisis, reclamando una política forestal más ambiciosa y una mejor gestión del medio rural para reducir la carga de combustible vegetal.
Con los equipos de emergencia agotados y la población afectada en estado de alerta, España atraviesa una de las semanas más difíciles en su historia reciente en materia de incendios.