Aquella noche fría del 14 de agosto de 1975 en la cancha de Vélez ante Argentinos Juniors, a los hinchas de River solamente les interesaba ganar y cortar la racha maldita que los perseguía y que se había convertido en una mochila muy pesada de sobrellevar. Los pibes de la Cuarta División fueron llamados de urgencia ante la huelga decretada por Futbolistas Argentinos Agremiados, cuyos dirigentes reclamaban un nuevo Convenio Colectivo de Trabajo y que se levantase una sanción por dopaje que le habían aplicado al delantero Juan Taverna, de Banfield.
Por esos reclamos hubo debates sobre si el torneo debía seguir y si tenían que saltar a la cancha en esa fría noche de jueves pibes de inferiores, amateurs que aún no tenían contrato. Votaron entre esos jovencitos que rondaban en su gran mayo