En lo que respecta a relaciones con programas de televisión, “Sex and the City” fue la que no vi venir.
No me dejó boquiabierta como lo hizo el episodio piloto de “Grey’s Anatomy”. No me dio cinco años de felicidad antes de perder poco a poco su chispa como “Supernatural”. Fue, en muchos sentidos, la amiga de la que me enamoré poco a poco.
El programa debutó en 1998, cuando yo era demasiado joven para verlo y mi hermana mayor era demasiado cool como para interesarse. Yo era una niña, así que obviamente no me veía reflejada en ninguna de las mujeres en ese momento, pero apreciaba tener acceso a conversaciones de adultos. ¿Todas hablaban y pensaban así? ¡Qué raro!
Creciendo en la frontera de Texas, Carrie, Miranda, Charlotte y Samantha no eran mujeres que conociera en la vida real ni muje