En la cultura popular abunda la idea de que "quien calla es más sabio". El problema es cuando ese recurso puntual se convierte en : guardarse lo que molesta para no "armar lío", ceder por sistema y confundir paz con inercia . Diversas voces expertas coinciden en que esa evitación constante no es madurez: es una renuncia a la propia voz con costes emocionales y relacionales.
El psicólogo Luis Miguel Real lo plantea de forma directa: callarse "no es sinónimo de madurez, sino de sumisión" . Lo que empieza como termina erosionando la autoestima porque repetidamente envía el mensaje de que tus necesidades valen menos.
Por qué nos callamos (demasiado)
En consulta se observan raíces comunes: haber crecido en entornos que premiaban la "tranquilidad" sobre la autenticidad, asociar conflict