La muerte del senador opositor Miguel Uribe Turbay, a causa de un atentado ocurrido el pasado 7 de junio en Bogotá, sumió a Colombia en una tensión política. Su fallecimiento, tras dos meses de hospitalización, no sólo generó dolor sino también una ola de acusaciones directas contra el presidente Gustavo Petro, quien, junto a su gobierno, se ausentó de las honras fúnebres a petición de la familia del fallecido.
La ausencia del mandatario en la catedral de Bogotá fue explicada tanto por el Ministro del Interior, Armando Benedetti, como por el propio Petro.
Benedetti comunicó que el presidente había expresado su interés en asistir, pero que la familia de Uribe Turbay prefirió que ni el presidente ni su gobierno estuvieran presentes en los actos fúnebres.
Por su parte, el presidente Petro