En Juana Koslay, el centro de monitoreo parece más una escenografía que un verdadero núcleo de vigilancia. Desde la calle, las pantallas encendidas simulan actividad, pero adentro hay apenas dos personas. Un trabajador que pasaba cerca lo confirmó con una sonrisa resignada: “Quedamos dos nada más”.

Este miércoles, móviles y técnicos de San Luis 4.0 irrumpieron en el barrio 274 Viviendas, Malvinas, para revisar cámaras de seguridad. Llegaron con escaleras, herramientas y camionetas oficiales. El despliegue no pasó desapercibido y provocó una mezcla de sorpresa y bronca entre los vecinos, que todavía siguen conmocionados por el crimen de Manuel Valentín “Don Valen” Sosa, ocurrido el pasado 5 de agosto.

“Recién ahora se aparecen”, murmuró un vecino al ver cómo subían y bajaban de los postes

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